Es
una disfunción cerebral que afecta las habilidades del niño para
relacionarse con las cosas, personas y eventos. Los niños autistas son
diferentes desde que nacen. Una característica común es que el bebé
trata de evitar contacto físico arqueando su espalda y no da muestras
de querer que se le tome en brazos. La sonrisa y el contacto visual con
las personas están ausentes.
Durante el primer año de vida pueden ser bebés muy pasivos o más
agitados de lo normal. Por lo general, lucen físicamente como los demás
niños, unos no hablan y los que si lo hacen presentan un lenguaje
limitado y alterado, no gesticulan, ni hacen entonaciones de voz, no
usan la mímica.
Otros niños presentan ecolalia (la repetición exacta de lo que
escuchan). Su juego es estereotipado y repetitivo por ejemplo: giran
las llantas de un carro de juguete una y otra vez. La resistencia al
cambio es muy típica en estos niños, y reaccionan con “fuertes
berrinches” por cambios que se dan en sus rutinas (cuando se cambia la
ruta para ir a la escuela, cambio de ropa o la hora de dormir).
Conductas como las repetitivas (mecer su cuerpo, agitar sus manos
repetidamente, girar su cuerpo, etc.) o las autolesionantes (morderse
las manos, golpear la cabeza...) están presentes. Una gran mayoría
presentan hipersensibilidad en algunos de los sentidos: les molestan
ciertos ruidos o les incomodan ciertas texturas.
Datos generales.
Las estadísticas muestran que el autismo se da en un promedio de 4
a 5 niños de cada 10 mil nacimientos vivos. Presentándose más en
hombres que en mujeres. Los padres describe un desarrollo normal en los
primeros años comparado con el de los niños de su edad y hacen
referencia de que su hijo era “muy buen bebé” pues casi no lloraba y
jugaba muy bien solo.
Sin embargo, antes del tercer año de vida estos niños muestran
regresiones en las habilidades que habían adquirido y empiezan a hacer
presencia los primeros síntomas típicos del autismo. O bien, se hace
más obvio que su desarrollo no es como los niños de su edad, pues el
lenguaje y la conducta social, entre otras características, así lo
demuestran.
Las causas.
En este punto existe aún controversia. Para algunos especialistas,
ciertas vacunas, exposición de algún virus, infecciones fuertes del
oído, las alergias a ciertos alimentos, intoxicación por plomo,
herencia o alguna complicación en el momento del parto, pudieran ser
algunos entre otros muchos motivos por los cuales se presenta este
síndrome.
El doctor Bernard Rimland, padre de un hijo autista, director y
fundador del Centro de Investigaciones e Información del Autismo, en
San Diego, California, y quien ha contacto con más de 21 mil casos de
niños autistas y otros que presentan problemas relacionados de la
conducta y la comunicación, nos dice: “No se sabe exactamente qué es lo
que causa el autismo, pero es claro que un desorden biológico que
afecta ciertas áreas en el cerebro tiene que ver con esto. Aunque el
autismo afecta las emociones, este no es causado por factores
emocionales como se pensaba antes”.
¿Autismo o no?
Asimismo, el Dr. Rimland menciona que el número de casos estimados
de niños que presentan conductas autistas es de 15 a 20 de cada 10 mil.
Especifica que existen más niños con “características de conductas
autistas” que los que verdaderamente los son.
Es por eso de la importancia de desarrollar evaluaciones de
diagnóstico más especializadas en la cuales se pueda diagnosticar
autismo o, bien, determinar si los síntomas que se presentan
corresponden a algún subtipo de este síndrome o bien a otro desorden
relacionado con el desarrollo infantil.
Tal es el caso de Cristina, de cuatro años, quien a causa de sus
problemas motores en el habla y en la comunicación fue desarrollando
conductas que fácilmente la confundían con las de una niña autista, se
aislaba de los demás niños, gritaba y hacía berrinches cuando deseaba
algo.
Recibió terapia (comunicación facilitada) y al aprender a
comunicarse por medio de este método, sus padres se dieron cuenta que
las conductas de Cristina se debían a su incapacidad para verbalmente.
¡Hay mucho qué hacer!
“Cuando estos niños son tratados tempranamente pueden lograr
cambios significativos. Es por eso, la importancia de que su educación
sea de manera estructurada y planeada”, menciona el Dr. Rimland. Ya que
el autismo es muy complejo, consultar a especialistas en estimulación
temprana, audilogía, neurología, psicología y todos aquéllos de los
cuales se pueda recibir un plan de intervención es por lo general la
forma de empezar.
* La modificación de conducta basada en el aprendizaje se utiliza
para aumentar las conductas sociales y de comunicación, enseñarle al
niño como llevar a cabo estas funciones, también ayuda a erradicar las
conductas inapropiadas, así como un mejor desempeño en el aprendizaje
académico.
* Terapias de megavitaminas, los suplementos de vitaminas B6
combinada con magnesio han demostrado incrementar la atención y
mejorías en general en un 45% de los niños autistas.
* El uso del complemento nutricional DMG ha reportado también
bienestar en la persona en general, con testimonios de incremento en
las habilidades de comunicación.
* Las técnicas de integración sensorial son aplicadas para tratar
los sentido disfuncionales del tacto, olfato, gusto, vestibular y
propioceptivo.
* El entrenamiento de integración auditiva (escuchar determinada
música procesada por diez horas) es utilizada para normalizar la
hipersensibilidad auditiva.
* El método de comunicación facilitada permite expresar
comunicación simbólica a personas no verbales o con lenguaje expresivo
limitado.
* Terapias de juego, música, lenguaje y ocupacionales como la pintura, modelado y jardinería, etc.
* A los familiares de estos niños se les incluye como “terapeutas”
y preparándolos con diversos programas y técnicas que pueden aplicar en
sus hogares, colaboran tanto para reforzar como para incrementar nuevas
habilidades o conductas.
Estas no son todas las formas de investigación que existen, ni un
resumen de los innumerables estudios sobre el autismo, sin embargo, dan
una idea de todos los avances que hay en este campo y porque no, pueden
alentar a más de un padre de familia, para seguir adelante y
recordarles que... ¡siempre hay alguien que ayuda a encontrar respuesta
para esas preguntas difíciles!
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