PRIMERA PARTE
LA PROFESIÓN DE LA FE
SEGUNDA SECCIÓN:
LA ROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
CAPÍTULO PRIMERO
CREO EN DIOS PADRE
ARTÍCULO 1
«CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»
Párrafo 3
EL TODOPODEROSO
268 De todos los atributos divinos, sólo la omnipotencia de Dios es nombrada en
el Símbolo: confesarla tiene un gran alcance para nuestra vida. Creemos que es
esa omnipotencia universal, porque Dios, que ha creado todo (cf. Gn 1,1; Jn
1,3), rige todo y lo puede todo; es amorosa, porque Dios es nuestro Padre (cf.
Mt 6,9); es misteriosa, porque sólo la fe puede descubrirla cuando "se
manifiesta en la debilidad" (2 Co 12,9; cf. 1 Co 1,18).
"Todo lo que El quiere, lo hace" (Sal 115,3)
269 Las Sagradas Escrituras confiesan con
frecuencia el poder universal de Dios. Es llamado "el Poderoso de
Jacob" (Gn 49,24; Is 1,24, etc.), "el Señor de los ejércitos",
"el Fuerte, el Valeroso" (Sal 24,8-10). Si Dios es Todopoderoso
"en el cielo y en la tierra" (Sal 135,6), es porque él los ha hecho.
Por tanto, nada ale es imposible (cf. Jr 32,17; Lc 1,37) y dispone a su voluntad
de su obra (cf. Jr 27,5); es el Señor del universo, cuyo orden ha establecido,
que le permanece enteramente sometido y disponible; es el Señor de la historia:
gobierna los corazones y los acontecimientos según su voluntad (cf. Est 4,17b;
Pr 21,1; Tb 13,2): "El actuar con inmenso poder siempre está en tu mano.
¿Quién podrá resistir la fuerza de tu brazo?" (Sb 11,21).
"Te
compadeces de todos porque lo puedes todo" (Sb 11,23)
270 Dios es el Padre todopoderoso. Su paternidad y su poder se
esclarecen mutuamente. Muestra, en efecto, su omnipotencia paternal por la
manera como cuida de nuestras necesidades (cf. Mt 6,32); por la adopción filial
que nos da ("Yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí
hijos e hijas, dice el Señor todopoderoso": 2 Co 6,18); finalmente, por su
misericordia infinita, pues muestra su poder en el más alto grado perdonando
libremente los pecados.
271 La omnipotencia divina no es en modo alguno arbitraria: "En Dios
el poder y la esencia, la voluntad y la inteligencia, la sabiduría y la
justicia son una sola cosa, de suerte que nada puede haber en el poder divino
que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en su sabia inteligencia"
(S. Tomás de A., s.th. 1,25,5, ad 1).
El misterio de la aparente impotencia de Dios
272 La fe en Dios Padre Todopoderoso puede ser puesta a prueba por la
experiencia del mal y del sufrimiento. A veces Dios puede parecer ausente e
incapaz de impedir el mal. Ahora bien, Dios Padre ha revelado su omnipotencia de
la manera más misteriosa en el anonadamiento voluntario y en la
Resurrección de su Hijo, por los cuales ha vencido el mal. Así, Cristo
crucificado es "poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad
divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina,
más fuerte que la fuerza de los hombres" (1 Co 2, 24-25). En la
Resurrección y en la exaltación de Cristo es donde el Padre "desplegó el
vigor de su fuerza" y manifestó "la soberana grandeza de su poder
para con nosotros, los creyentes" (Ef 1,19-22).
273 Sólo la fe puede adherir a las vías misteriosas de la omnipotencia
de Dios. Esta fe se gloría de sus debilidades con el fin de atraer sobre sí el
poder de Cristo (cf. 2 Co 12,9; Flp 4,13). De esta fe, la Virgen María es el
modelo supremo: ella creyó que "nada es imposible para Dios" (Lc
1,37) y pudo proclamar las grandezas del Señor: "el Poderoso ha hecho en
mi favor maravillas, Santo es su nombre" (Lc1,49).
274 "Nada es, pues, más propio para afianzar nuestra Fe y nuestra
Esperanza que la convicción profundamente arraigada en nuestras almas de que
nada es imposible para Dios. Porque todo lo que (el Credo) propondrá luego a
nuestra fe, las cosas más grandes, las más incomprensibles, así como las más
elevadas por encima de las leyes ordinarias de la naturaleza, en la medida en
que nuestra razón tenga la idea de la omnipotencia divina, las admitirá
fácilmente y sin vacilación alguna" (Catech. R. 1,2,13).
275 Con Job, el justo, confesamos: "Sé que eres Todopoderoso: lo
que piensas, lo puedes realizar" (Job 42,2).
276 Fiel al testimonio de la Escritura, la Iglesia dirige con
frecuencia su oración al "Dios todopoderoso y eterno"
("omnipotens sempiterne Deus..."), creyendo firmemente que "nada
es imposible para Dios" (Gn 18,14; Lc 1,37; Mt 19,26).
277 Dios manifiesta su omnipotencia convirtiéndonos de nuestros
pecados y restableciéndonos en su amistad por la gracia ("Deus, qui
omnipotentiam tuam parcendo maxime et miserando manifestas..." -"Oh
Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la
misericordia..."- : MR, colecta del Dom XXVI).
278 De no ser por nuestra fe en que el amor de Dios es todopoderoso,
¿cómo creer que el Padre nos ha podido crear, el Hijo rescatar, el Espíritu
Santo santificar?