En un mundo convulso, dividido y desnortado, el Papa Benedicto XVI, es el punto de referencia providencial para convocar a la humanidad entera a la vuelta a Dios, Padre y Creador de cuanto existe.
Ninguna otra figura mundial tiene el prestigio y la fuerza moral que S.S el Papa para que su mensaje de paz interpele y llegue a todos los hombres de buena voluntad y "a los que ama el Señor".
Sus palabras, han sido sacadas de contexto de uno de los discursos pronunciados en su tierra natal, En ellas afirmaba con rotundidad que la violencia no puede ser apoyo para la difusión de ninguna religión. No solo han sido mal interpretadas por parte del fundamentalismo musulmán, sino que le han causado el primer disgusto serio de su pontificado, según el
corresponsal en el Vaticano.Algo de este rechazo podría esperarse por parte del fanatismo de algunos enemigos de Occidente. Lo que es más lamentable y doloroso es que sea, precisamente, dentro de países católicos y de nuestra España, donde algunos
medios no hayan hecho causa común con el adalid de la paz global.
Sería de desear que todos los católicos y hombres de buena voluntad hagan una piña de cariño, amor y oración por el vicario de Cristo en la tierra, ultrajado, incomprendido y dolorido, para que siga animoso iluminando la oscuridad de este mundo.