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Adolescentes y alcohol


Por
lo regular, al inicio de la adolescencia, nuestros hijos asisten a
fiestas en donde aparece el alcohol por primera vez. En estas fiestas,
por lo regular, no hay quien los vigile, por lo que el “agarrar la
jara” resulta muy fácil. Los amigos empiezan a poner presión y poco a
poco se da el ambiente en donde el alcohol resulta vencedor y predomina
en la mayoría de los asistentes.

Los padres de familia todavía ejercen gran influencia sobre sus
hijos, por lo que mientras más pronto se hable sobre el tema con ellos,
mejor. “¿Qué debo decir? ¿Cómo iniciar el tema?”, son algunas de las
preguntas frecuentes que los padres se hacen en este tipo de
situaciones.

Algunas sugerencias para conversar con los hijos

* Dialogar con los hijos sobre lo que piensan del alcohol y preguntarles qué saben sobre el tema.

* Poner las cartas sobre la mesa y decirles nuestro punto de vista,
ya que si los padres de familia permanecen callados en este tema, los
hijos por lo general lo toman como una aceptación.

* Enfatizar en los riesgos que se corre al verse rodeados de
“amigos” que sólo los incitan a tomar para “disfrutar” de su compañía.

* Escucharlos, preguntarles sobre los efectos que el alcohol puede traer a sus vidas.

* Darles a conocer que la cerveza, el vino, las bebidas preparadas,
y todas aquellas “bebidas recreativas” pueden llevarlos a la adicción.

No cometamos el error de considerar que animándolos a tomar y no
decirles nada al respecto nos favorecerá un acercamiento con ellos, ya
que nos verían como papás “buena onda”.

El permisivismo no nos acercará más a nuestros hijos, al contrario,
lo que nos une más es nuestra guía y amor en todas las etapas de su
vida. Esto significa establecer límites, dialogar, escuchar y ayudarlos
a tomar las mejores decisiones que los lleven a vivir mejor.

Los padres que educan a sus hijos respecto a este tema,
probablemente los aman tanto como los que lo toman sin mucho cuidado,
pero no están conscientes que el alcoholismo en adolescentes se
desarrolla más rápido que en los adultos, inclusive pueden caer en el
vicio con menor cantidad de alcohol que los adultos y esto es algo que
todo padre de familia debe saber y transmitirlo a sus hijos.

Puede tomar 10 años para que un adulto se convierta en alcohólico,
pero para un adolescente, el convertirse en alcohólico le puede tomar
solamente 10 meses, debido a sus niveles hormonales, su metabolismo y
estatura.

Como padres de familia debemos estar muy atentos con nuestros
hijos, formarlos y sobre todo dialogar con ellos para evitar que caigan
en este tipo de vicios que tal vez nunca puedan sobrellevar.